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Tus huesos “recuerdan” los cigarrillos que fumaste

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Restos antiguos están ayudando a los científicos a entender el impacto duradero del tabaquismo y la contaminación en la salud ósea.

Imagina esto: hace cientos de años, un hombre encendió un cigarrillo y el humo se perdió en el viento. Siglos después, los científicos aún pueden encontrar esa “memoria del humo” preservada en sus huesos.

Un equipo de investigación de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, publicó sus hallazgos en la revista Science Advances, revelando que los fumadores dejan firmas moleculares únicas en sus huesos que, incluso después de siglos enterrados, pueden revelar sus hábitos de consumo.

Un viaje a través del tiempo

El equipo analizó 323 restos humanos que abarcan del siglo XII al XIX, cubriendo el periodo anterior y posterior a la introducción del tabaco en Europa y su popularización en Gran Bretaña. Los restos incluían 177 individuos del cementerio de St. James’s Garden en Londres (siglos XVIII y XIX), en plena era industrial, y 146 personas de un entorno rural en Barton-upon-Humber, Lincolnshire. De estos últimos, 45 vivieron entre 1150 y 1500 (antes del tabaco en Europa), y los otros 101 entre 1500 y 1855 (después de su llegada).

Este diseño permitió usar la población pre-tabaco como grupo de control para validar el método de análisis.

Cuando los dientes no bastan

Tradicionalmente, los arqueólogos identificaban fumadores por marcas en los dientes: desgaste por pipas o manchas de tabaco. Pero este método tiene limitaciones. En el estudio, solo 90 personas (28%) fueron confirmadas como fumadores por sus dientes, mientras que 68 (21%) fueron identificadas como no fumadoras. El 47% restante no pudo clasificarse por daño o ausencia dental. Además, los fumadores ocasionales, usuarios de rapé o fumadores pasivos no dejan rastros dentales.

Por eso, los científicos recurrieron a los huesos.

Descubriendo un “perfil de fumador”

Extrajeron unos 40 miligramos de hueso cortical del fémur de cada individuo —aproximadamente el peso de un grano de arroz— y lo analizaron mediante espectrometría de masas de alta resolución. De 3.083 señales moleculares detectadas, refinaron 125 firmas biológicas confiables y encontraron 45 compuestos químicos que distinguían claramente a fumadores de no fumadores.

Los huesos de fumadores mostraban concentraciones significativamente más altas de 15 compuestos específicos, mientras que los no fumadores tenían niveles elevados de otros 17. Además, 13 compuestos adicionales mostraron diferencias relevantes.

Estas combinaciones forman una “huella química” única, como una firma digital: los patrones de fumadores y no fumadores no se superponen.

¿Por qué los huesos conservan esta memoria?

El hueso no es un tejido estático: se remodela constantemente. Los cambios metabólicos inducidos por el tabaco quedan registrados en la estructura ósea como “fósiles químicos”. El estudio se centró en el hueso cortical, menos vulnerable a factores externos como el suelo o la humedad, lo que garantiza que la firma interna permanezca intacta.

La contaminación también deja huella

Los huesos urbanos mostraban señales más difusas que los rurales. En Londres, la contaminación industrial —humo, hollín, químicos— parece alterar el metabolismo óseo de forma similar al tabaco, dificultando la distinción. Esto coincide con investigaciones modernas que vinculan la contaminación del aire con menor densidad ósea y mayor riesgo de fracturas.

Efectos del tabaquismo en la salud ósea

Aunque el estudio no abordó enfermedades directamente, la medicina actual confirma que fumar reduce la densidad ósea, acelera la osteoporosis, aumenta el riesgo de fracturas y dificulta la recuperación. También agrava la periodontitis, que puede causar pérdida ósea en la mandíbula. Se cree que fumar en pipa tiene el mayor impacto óseo, mientras que el tabaco masticado afecta menos.

Este estudio demuestra que los efectos del tabaquismo no son exagerados —y que la contaminación también daña los huesos. Para quienes viven hoy, el mensaje es claro: dejar de fumar cuanto antes.

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